Es bastante habitual que cuando alguien se plantea crear un negocio, trate de analizar en detalle cómo lo han hecho las grandes empresas de su sector para llegar a convertirse en líderes absolutos. Formas de organización, mecanismos de gestión, estrategias de marketing…
En el caso del eCommerce podría parecer que ese gran líder con el que compararse debería ser Amazon. No en vano la empresa de Jeff Bezos ha hecho muchas (muchísimas) cosas bien para pasar de ser una pequeña libería online a todo un gigante mundial en casi cualquier categoría.
Sin embargo, la comparación con empresas descomunales como Amazon carece de sentido cuando llegamos al apartado de la logística. Para muchos emprendedores que quieren empezar con un pequeño eCommerce, la sola mención de los kilométricos pasillos llenos de productos de todo tipo que la empresa tiene en varias ciudades alrededor del mundo produce mareos, confusión y casos de vértigo agudo.
Es un modelo imposible de alcanzar para la gestión de los envíos de una pequeña tienda online. Afortunadamente, existen otras muchas alternativas de logística para eCommerce: ¿Sabes qué es dropshipping?
El dropshipping, con todo su anglófilo despliegue consonántico, es una alternativa de gestión logística para eCommerce que consiste, básicamente, en olvidarse de los almacenes.
[Tweet “#Dropshipping: de vendedor online a comisionista”]
Directamente
Nada de preocuparse por contar con una nave, maquinaria y operarios (o robots) que muevan pallets como-si-no-hubiera-un-mañana. Las empresas que apuestan por el dropshipping suelen ser pequeñas tiendas online que no pueden (o no quieren) asumir los costes de mantener un almacén y su inventario, y dejan que sea el proveedor de sus productos quienes realicen toda la gestión de los envíos a sus clientes.
Es decir: se convierten en meros intermediarios comerciales, que se llevan una comisión por cada una de las ventas que realizan en su eCommerce, transformado en algo así como un escaparate online del proveedor de unos productos que no llegan a pasar en ningún momento por sus manos.
Como puedes imaginarte, un caso de dropshipping típico incluye a un pequeño eCommerce que no puede permitirse el lujo de contar con un almacén. En este sentido, la ventaja más evidente de apostar por este modelo es el ahorro de costos que conlleva: costos de alquiler de un almacén, costos de mantenimiento y gestión de inventarios, costos de transporte.
Ni siquiera tiene que molestarse en contar con un partner logístico que gestione las entregas: lo hará el proveedor. Y, además, se evita el riesgo de comprar una mercancía que puede no llegar a venderse nunca. En cualquier caso, la apuesta por el dropshipping también cuenta con flancos débiles.
[Tweet “¿Sabes qué es el #dropshipping? #logística”]
Como por ejemplo, en la reducción de los márgenes comerciales para el eCommerce, que debe luchar por cobrar una comisión por venta lo más alta posible. Además están, también, las posibles complicaciones en la gestión. Es decir: a la hora de plantearte “qué es dropshipping” debes tener en cuenta que puede haber tantas modalidades de dropshipping como tipos de eCommerce.
En el caso de que la tienda online cuente con más de un proveedor, la gestión del catálogo online, la comunicación con los proveedores y el cobro, puede complicarse. Además, tal y como señalaba nuestro compañero Javi Rocamora: “Los tiempos de envío pueden dilatarse, según dónde estén tus proveedores. Si trabajas con proveedores extranjeros es un modelo de logística en eCommerce realmente complejo de implantar”.
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