Ya no es posible imaginar el marketing sin el storytelling, un estilo narrativo definido como el “arte de contar historias” para atraer audiencia, enganchar y generar confianza en torno a una marca y su producto, que tanto le ha sido rentable a la mercadotecnia, la publicidad y las marcas.
Probablemente sea mucho lo que aún no sabes de esta modalidad, después de todo, ha evolucionado mucho con el tiempo, añadiendo nuevas variantes a su narrativa para crear el perfecto storytelling marketing.
Los marketeros no inventaron nada nuevo, los seres humanos siempre se han sentido atraídos por la magia de un buen relato. Sin embargo, al tomarlo como una disciplina, fue preciso encontrar formas de perfeccionarla para convertirla en una especie de fórmula infalible para vender.
Hoy el storytelling es definido como una narrativa envolvente de sucesos que busca lograr un efecto en quien la oye, lea o escucha. Por eso, su historia (real o ficticia) busca entregar un mensaje final o concepto que impacte y logre crear una conexión entre el emisor y el receptor del relato.
Puede que su concepto se entienda de forma sencilla, pero es común confundir esta práctica con otras formas de marketing que involucran redacción; por ejemplo, un artículo plano de larga extensión, un anuncio, presentación comercial u otra cosa que habla sobre una marca.
Para que algo sea llamado storytelling, debe tener una historia (story) y narrarla (telling) de forma emotiva para generar vínculos, incluir llamados a la acción e ir en línea con el pensamiento de la audiencia. Allí es cuando inicia el camino evolutivo del storytelling, añadiendo los siguientes pasos que dan con el storytelling marketing.
El storytelling es el primer paso y la base de todo, pero no termina allí. Las marcas lo usaron por mucho tiempo para enaltecerse a sí mismas o algunos de sus casos de éxito, lo que sirvió por un tiempo, pero ahora la audiencia quiere verse como parte central de su narrativa, avanzando así hacia los siguientes pasos.
El Storydoing busca comprobar que aquello que la marca narra es cierto. Invita al cliente a vivir la experiencia del producto o servicio y pasar directamente a la acción. Ejemplo: No te digo cómo el deporte cambió mi vida, te muestro como también puede cambiar la tuya. Esto fortalece el vínculo entre marca y cliente, haciéndose más cercanos y retribuyendo la confianza con lealtad.
A diferencia del storydoing, el storyliving busca una interacción más completa con los usuarios utilizando los canales online y offline. De tal manera, que el consumidor conecte con la marca o producto a través de eventos 360, realidad virtual, showrooms y más acciones que apelan a contenidos personalizados y emocionales. Así refuerzan el engagement y la reputación del negocio, mejorando sus ventas y conversiones.
El storytelling marketing o storymarketing es la más importante variación de esta modalidad. Toma a las personas como eje central para que sean ellos los que hablen sobre los beneficios o productos a través de historias personales. Se ha hecho popular desde el surgimiento de influencers. Por ejemplo: Kendall Jenner promocionando una crema antiacné mientras relata como sufrir de impurezas en su piel redujo su autoestima en la adolescencia.
Lo vemos mucho en acontecimientos mundiales como el Black Live Matter. Se trata cuando una marca refuerza su compromiso con una causa social o ambiental, reafirmando su responsabilidad en ella. En el storyliving tu huella en el mundo vale más que tu oferta.
Propone la creación de mundos paralelos alrededor de un producto, combinando experiencias online y offline. De esta forma, los clientes pueden entrar, disfrutar y experimentar la oferta desde varios puntos de vista.
¿Lo ves? La tecnología ha impactado un montón en la forma en que contamos historias.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *
Δ