Si tienes una tienda de eCommerce, es evidente que tu mayor interés es que tus productos se vendan bien. Sin embargo, muchas veces no tenemos claro qué es lo más importante para conseguir este objetivo.
¿Es el diseño de la web, el posicionamiento, la publicidad, la amplitud del catálogo, las formas de pago, el precio…? Obviamente no hay una tecla mágica que al pulsarla nos convierta en un ‘top seller’.
Más bien se trata de una combinación de todos estos factores (y muchos otros que se escapan del objeto de este post) con dos factores añadidos: dedicación y paciencia. Uno de los factores fundamentales para que nuestro producto se venda en nuestra tienda online es la forma de presentarlo. Para ello, la ficha de producto es el elemento central.
Es el lugar donde nos lo jugamos todo a una carta, que no es otra cosa que conseguir ese impulso mágico de compra que lleva al cliente a hacer clic en “comprar”. Sea cual sea nuestro sector de negocio, nos vamos a encontrar siempre con diferentes tipologías de cliente, cada uno con inquietudes distintas.
Cuanto más sepamos de nuestro target principal, de nuestro cliente tipo, más fácil nos será diseñar correctamente la ficha de producto. Por tanto, el conocimiento de las inquietudes del cliente al que queremos llegar es el primer punto clave. Además, cada producto es diferente.
Algunos productos (alimentación, perecederos, productos artesanales, etc) son diferentes en cada envío, por lo que la foto que pongamos nunca será la del producto que el cliente va a recibir, sino algo aproximado, y eso hay que avisarlo.
Otros productos tienen muchas características técnicas más o menos complejas (informática, electrónica, ciertos productos de deporte, productos industriales, etc) que, a no ser que estemos muy seguros de que el cliente sabe interpretarlas, debemos procesar y hacer accesibles.
En otros casos (moda, decoración…) las imágenes son lo más importante, ya que el cliente debe poder apreciar texturas, colores, acabados y calidad de los materiales. En el caso especial de tiendas de moda, el cliente siempre se pregunta si le quedará bien o no, por lo que incluir una guía de medidas y tallas es fundamental.
No vamos a hacer aquí una descripción exhaustiva de cada detalle de una ficha de producto, lo que requeriría todo un manual (aunque volveremos sin duda sobre este tema en sucesivos posts), pero sí trataremos de establecer las líneas básicas sobre cómo debe ser una buena ficha de producto:
Además, no debemos olvidarnos del ‘cross-selling’ o venta cruzada. Siguiendo con el ejemplo del PC, se deberían mostrar al cliente productos y accesorios relacionados con el producto que quiere comprar.
Es aconsejable que los productos tengan un “titular” que los defina en una sola línea. Eso ayuda al cliente a elegir sin tener que leer toda la ficha de producto, algo que es muy de agradecer.
Se trata, en resumen de ponerse en el lugar del comprador, de hacerse constantemente preguntas y de facilitarle al máximo las cosas. A veces, invertir en programación para modificar una plantilla prediseñada y adaptarla al máximo a nuestros requisitos es una inversión muy productiva.
Te recomendamos echarle un vistazo a esta infografía (en inglés) que explica de manera muy gráfica estas y otras claves sobre las fichas de cliente.
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