“Google es un monopolista, y ha actuado para mantener su monopolio”: claves de una durísima (e histórica) sentencia

La sentencia se refiere al negocio de anuncios de búsqueda y a los acuerdos con terceros (como Apple) para que Google sea el buscador de referencia.
"Google es un monopolista, y ha actuado para mantener su monopolio": claves de una durísima (e histórica) sentencia
6 de agosto, de 2024
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En una sentencia histórica, el juez Amit P. Mehta, del Tribunal de Distrito de EE.UU., concluyó que Google ha actuado como un monopolista y ha utilizado su poder de monopolio para establecer precios supracompetitivos en los anuncios de texto de búsqueda. En el documento, publicado ayer, la corte concluye que los acuerdos de distribución de Google son exclusivos y tienen efectos anticompetitivos, y que la empresa no ha proporcionado justificaciones procompetitivas válidas para estos acuerdos​​. “Google es un monopolista, y ha actuado para mantener su monopolio”, explica el juez.

El juez también señaló que Google ha ejercido su poder de monopolio al mantener acuerdos que restringen a sus socios de preinstalar motores de búsqueda competidores en dispositivos móviles y navegadores, lo cual ha limitado significativamente las opciones de los consumidores y ha impedido la competencia en el mercado​​.

“Los acuerdos relevantes”

En la sección VI de la sentencia, titulada “Los acuerdos relevantes”, se abordan los diferentes acuerdos de distribución que Google ha utilizado para asegurar su posición como el motor de búsqueda predeterminado en diversos dispositivos y navegadores.

Según el documento, en 2021, Google pagó más de 26 mil millones de dólares para asegurar sus acuerdos de distribución. Estos pagos se calculan generalmente como un porcentaje de los ingresos publicitarios que Google genera a través de las consultas realizadas mediante los puntos de acceso de búsqueda predeterminados en diversos dispositivos y navegadores​​.

De acuerdo con la sentencia, estos acuerdos de participación en ingresos son una parte crucial de la estrategia de Google para mantener su posición como el motor de búsqueda predeterminado en los navegadores y dispositivos de gran alcance, como los de Apple y diversos dispositivos Android.

Acuerdos con navegadores

  1. Acuerdo de Servicios de Internet Google-Apple: Google y Apple tienen un acuerdo en el cual Google paga a Apple para ser el motor de búsqueda predeterminado en el navegador Safari en dispositivos Apple. Este acuerdo es fundamental para Google, ya que asegura el acceso a millones de usuarios de iPhone y iPad​​.
  2. Acuerdo Mozilla-Google: Similar al acuerdo con Apple, Google también tiene un acuerdo con Mozilla para ser el motor de búsqueda predeterminado en el navegador Firefox.
  3. Otros acuerdos con navegadores: Google también ha establecido acuerdos con otros navegadores, asegurando su posición como el motor de búsqueda predeterminado en la mayoría de los navegadores disponibles en el mercado​​.

Acuerdos sobre Android

  1. Acuerdos de distribución de aplicaciones móviles (Mobile Application Distribution Agreements – MADA): Estos acuerdos requieren que los fabricantes de dispositivos Android, como Samsung y Motorola, preinstalen el motor de búsqueda de Google y otras aplicaciones de Google en sus dispositivos. Esto garantiza que Google sea el motor de búsqueda predeterminado en la mayoría de los dispositivos Android​​.
  2. Acuerdos de participación en los ingresos (Revenue Share Agreements – RSA): A través de estos acuerdos, Google ofrece compartir una parte de sus ingresos publicitarios con los fabricantes de dispositivos y operadores móviles a cambio de establecer Google como el motor de búsqueda predeterminado. Esto crea un incentivo financiero para que estos socios mantengan a Google como la opción predeterminada​​.
  3. Acuerdos de información de servicios móviles (Mobile Services Information Agreements): Estos acuerdos refuerzan las prácticas de Google para asegurar su dominio en el mercado al limitar la preinstalación de motores de búsqueda competidores en dispositivos Android​​.

Sin sanción para Google, por el momento

El tribunal concluyó que Google violó la Sección 2 de la Ley Sherman al actuar como un monopolista y mantener su monopolio en los mercados de servicios de búsqueda general y anuncios de texto en búsqueda general. Sin embargo, por el momento, el tribunal no ha impuesto sanciones monetarias directas a Google por estas violaciones​​.

El tribunal primero se ha encargado de abordar si Google era responsable de violar las leyes antimonopolio. Tras esta determinación, el tribunal se centrará en qué remedios serán apropiados para corregir los efectos anticompetitivos de las prácticas de Google​​. En cualquier caso, en lugar de imponer sanciones monetarias inmediatas, es probable que el tribunal se concentre en ordenar cambios estructurales o conductuales en la manera en que Google opera. Esto podría incluir modificar o restringir los acuerdos de distribución exclusivos que Google ha utilizado para mantener su posición dominante​​.

Por otra parte, al margen de las actitudes monopolísticas, otro de los aspectos más llamativos del caso se centró en la eliminación de algunos chats internos de los empleados relacionados con la investigación, en lo que ha sido visto por la acusación como una posible destrucción de pruebas. La parte demandante argumentó que estos mensajes podían contener pruebas relevantes para el caso antimonopolio pero el tribunal decidió no imponer sanciones basándose en que la conducta de Google en relación con los mensajes de chat ni tuvo un impacto directo en el caso ni habría afectado la capacidad del tribunal para tomar una decisión informada sobre las violaciones antimonopolio.

Años de batalla judicial contra Google

Hace años, muchos años, que Google recibe acusaciones por prácticas monopolísticas relacionadas con distintas áreas de su inmenso y muy diverso negocio. Relacionadas con Android, su tienda de aplicaciones, con Shopping… en algunos casos estas acusaciones se han plasmado en investigaciones formales, y en algunos casos esas investigaciones formales han derivado en una sanción económica.

Por poner un ejemplo: en junio de 2017 la Comisión Europea multó a Google por dar ventajas “ilegales” a su propio servicio de comparación Google Shopping cuando los usuarios utilizaban su motor de búsqueda. De acuerdo a la Comisión, la compañía otorgaba un lugar prominente a su servicio, de manera que cuando un internauta inicia una búsqueda de un producto en Google, los resultados de Google Shopping aparecen más cercanos a los resultados de la consulta. Aquella multa alcanzaría una cifra récord (por aquel entonces) de 2.420 millones de euros.

Por supuesto, desde entonces estos conflictos judiciales han seguido apareciendo, tanto en Estados Unidos, como en otros países, o en la propia Unión Europea. Es evidente que Google ha crecido mucho desde que Brin y Page lo lanzaron allá por 1998, que ha llegado a extender sus tentáculos a una diversidad impensable de negocios digitales y que, a veces, sus actuaciones no han favorecido la competencia. La amenaza de romper Google en distintas divisiones independientes lleva años presente, y nunca ha llegado a realizarse.

Por ahora.

¿Será este el momento?

Imagen: GPT Plus

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Content manager en Marketing4eCommerce
Content manager de Marketing4eCommerce desde 2014. En este tiempo he redactado más de 1.600 artículos relacionados con el mundo del marketing.

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